viernes, 12 de septiembre de 2008

FUMAR CON REGULARIDAD NO AFECTA AL COCO

La función cognitiva es el conjunto de capacidades que nos permiten relacionarnos con el entorno. Este concepto es muy abstracto, y no todo el mundo lo define de igual manera. En cualquier caso, incluye varios componentes, como la atención, el pensamiento, la consciencia del entorno, la memoria, el lenguaje, las capacidades visuales espaciales (incluidos los reflejos) y la capacidad de abstracción. En otros términos, el funcionamiento del coco. Existen unos tests de capacidad cognitiva, que permiten expresar el grado de función cognitiva global de cada individuo en una escala numérica. El de uso más extendido es el llamado MMSE (Mini-Mental State Examination).
La función cognitiva de cada individuo está determinada por múltiples factores. En primer lugar por la edad, pero también por la nutrición, el estado de salud, la educación formal recibida y la constitución genética. Alcanza su máximo al final de la adolescencia. A partir de entonces declina con el envejecimiento. La enfermedad de Alzheimer y otras demencias son expresiones extremas de esta pérdida de capacidades: una puntuación inferior a 18 en el MMSE se califica de demencia, y una de 18 a 24 se califica de déficit de la función cognitiva.
Entre los posibles efectos adversos del cáñamo se cita a menudo la afectación de la función cognitiva. Se han descrito dos tipos de efectos. En primer lugar el agudo, propio del colocón. En segundo lugar, se ha descrito un efecto residual (que persiste después de que el THC haya abandonado el sistema nervioso central). Este efecto residual consiste en pérdida de la atención, de la memoria inmediata y de reflejos psicomotores, y se dice que puede ser de duración corta (unos días), o más duradero. Se ha dicho que en los fumadores crónicos de cáñamo la pérdida de las capacidades cognitivas propia del envejecimiento es más rápida que en los no fumadores, de modo que de mayores estarían en mayor riesgo de desarrollar demencia.
Este mes se publica en una prestigiosa revista científica el primer estudio epidemiológico sobre esta cuestión (CG Lyketsos y colaboradores. Cannabis use and cognitive decline in persons under 65 years of age. Am J Epidemiol 1999; 149:794-800). Se trata de un seguimiento de una muestra representativa (en términos de edad, sexo, clase social y nivel educativo) de la población de la ciudad de Baltimore, en Estados Unidos. Participaron 1.318 hombres y mujeres menores de 65 años. Estas personas fueron estudiadas durante más de 11 años. Cada 3 o 4 años, completaron el cuestionario MMSE de función cognitiva, de modo que se pudo estudiar la disminución de ésta a medida que los participantes envejecían. También se examinó si los consumidores de cáñamo perdían las capacidades cognitivas con mayor rapidez o hasta un grado de deterioro mayor que los no consumidores.
Los participantes fueron clasificados en varios grupos, según su consumo de cáñamo, relatado por ellos mismos en condiciones de confidencialidad personal garantizada. Los grupos, y el número de personas en cada uno de ellos, fueron los siguientes:
Grupo 1. No usuarios (nunca habían usado cáñamo en ninguna de sus formas): 806 (61%).Grupo 2. Usuarios ligeros (lo habían usado, pero nunca diariamente o durante más de dos semanas): 235 (18%).Grupo 3. Usuarios ligeros (misma definición), que también habían usado otras drogas ilegales: 131 (10%).Grupo 4. Usuarios importantes (por lo menos en una de las cuatro entrevistas relataban que lo habían consumido por lo menos diariamente durante más de dos semanas): 137 (10%).Grupo 5. Usuarios importantes (misma definición), que también habían usado otras drogas ilegales: 8 (1%).
En conjunto, en los 11 años de observación, la población perdió capacidad cognitiva (no mucha: sólo 1,2 puntos por término medio, sobre una puntuación de partida de más de 28. Los participantes del grupo 1 del cuadro disminuyeron su puntuación en 1,0 puntos, los del grupo 2, en 1,03 puntos, los del grupo 3, en 1,06, los del grupo 4, en 0,84 y los del grupo 5, en 0,33. Como se puede apreciar, tanto los consumidores ligeros como los importantes presentaron menos disminución de la capacidad cognitiva que los no usuarios. No obstante, estas diferencias no fueron “estadísticamente significativas” (lo que quiere decir que no son de cuantía suficiente para poder afirmar que son reales, y no atribuibles al azar). Los autores concluyen que no se aprecian diferencias en la disminución de las funciones cognitivas entre fumadores importantes, fumadores ligeros y no fumadores de cáñamo.
Los autores comentan que éste es el primer estudio que examina los efectos crónicos (a largo plazo) del uso del cáñamo sobre la función cognitiva. En estudios anteriores se había encontrado un efecto residual de corta duración sobre la memoria y el pensamiento, más intenso en mujeres y en fumadores importantes. Pero el presente estudio constituye una prueba convincente de que los fumadores ligeros o importantes y las mujeres fumadoras no pierden sus capacidades cognitivas con mayor rapidez que los no fumadores.
Se me ocurren varias consideraciones adicionales. La primera, que los autores del artículo cuentan que han revisado todas las bases bibliográficas existentes, y han comprobado que éste es el primer estudio epidemiológico publicado sobre el temido efecto del cáñamo sobre la función cognitiva. Es decir, que el supuesto —y ahora desmentido— efecto sobre la función cognitiva era un mito, que no se basaba en ninguna observación realizada con métodos de fiabilidad aceptable. La segunda, que, a diferencia de la publicidad que reciben estudios parecidos en los que se descubren los efectos milagrosos de un nuevo medicamento o los efectos nocivos de determinadas dietas o hábitos de vida sobre la salud, que yo sepa este estudio no ha sido citado por ninguna agencia de noticias ni medio de comunicación de masas.Y una última reflexión sobre las cifras indicadas más arriba. A pesar de la severísima represión del consumo de drogas existente en Estados Unidos, en donde te pueden caer varios años de cárcel por cultivar una sola planta, un 39% de la población general ha probado el cáñamo, y un 10% lo usa con regularidad. Hay un abismo entre la sociedad real y las normas que aparentemente la regulan.

5 comentarios:

adam dijo...

en mi opinion fumar con regularidad seria un sinonimo de la adiccion. estos estudios a largo plazo muestran que la marihuana a largo plazo no es muy danina. yo pienso que esto es como algun tipo de justificativo de alguien que fuma y se quiere encubrir con este texto, la marihuiana si es danina y es mejor no fumar que fumar siempre.
el colo blas

Anónimo dijo...

Como se indica, el fumar es una adiccion. ¿y que significa ADICCION? ..."La adicción es un estado de dependencia a algo"...De esta manera, uno termina dependiendo de una sustancia, y es imposible que no afecte y haga daño, sino estaria legalizada. Yo creo que es muy danina para la salud.

Juan Araya dijo...

ja no esto es buenisimo ... fumar con regularidad no afecta al coco? yo pienso lo mismo que blas esto lo escirbio un falopero que no quiere aceptar que lo que hace esta mal y tampoco puede dejar de hacerlo ...no me parece nisiquiera un pensamiento razonable para una persona cuerda .

otro comentario del chony ....saludos a wisconsin

Catalina dijo...

Coicido con juan, una persona cuerda no puede decir que el consumo de la marihuana, ya sea regularmente o no, no "afecta al coco" es algo irracional.

Por otra parte no estoy muy deacuerdo con lo que dice tere, porque hay cosas que estan legalizadas y hacen daño igual, como el alcohol, y los cigarrillos, asique no creo que solo lo que no es legal sea danino para la salud.

sofia dijo...

No estoy de acuerdo con el título del texto, evidencias muestran que si fumas te perturba las arterias del cerebro.
Por otro lado, considero que dicha frase va en contra de todas campañas y asociaciones que desean prevenir que la gente fume. Puede ser un estimulo para algunos, ya que al pensar que no afecta fumar con regularidad realizan tal acto. De este modo, es posible que esta regularidad termine siendo una adicción y que esa persona termine dependiendo de ella.